Iniciativa Yasuní - ITT

Una propuesta desde un pequeño país para salvar el planeta

Ecuador es uno de los países con mayor biodiversidad en el mundo y se distingue también por la riqueza y variedad de sus culturas indígenas. En 1972 el país se convirtió en exportador de petróleo y desde entonces este producto ha sido el principal eje de la economía nacional. Los impactos sociales y ambientales de la actividad petrolera han sido, sin embargo, significativos. En este punto es necesario resaltar uno de los temas que trata en la lectura acerca de los factores externos. Las presiones de crecimiento, y la ausencia de restricciones ambientales, han causado en el Ecuador, en primer lugar una fuerte dependencia al petróleo, y en segundo lugar efectos externos negativos para el medio ambiente. Estos factores externos negativos, como se los llama en la lectura, representan muchas veces en el caso ecuatoriano decisiones que trabajan solo para el interés de unos pocos y no de la población entera, cuestión que con el gobierno actual está mejorando mucho, además de este problema, a veces muchas de las decisiones de la extracción petrolera, significan costos de producción que involucran un costo social mucho más alto.
Ante la reciente confirmación de grandes yacimientos de crudos pesados en el campo ITT, situado en el Parque Nacional Yasuní, una de las reservas más importantes de biodiversidad en el planeta, el Presidente Rafael Correa presentó ante las Naciones Unidas la decisión de mantener el crudo del campo ITT indefinidamente bajo tierra, priorizando los valores sociales y ambientales, y explorando otras formas de beneficiar económicamente al país. Si la comunidad internacional coopera con el país aportando al menos la mitad de las utilidades que recibiría el Estado en el caso de explotar el crudo, el Estado asumiría inicialmente hasta la mitad del costo de oportunidad de la explotación petrolera.
Esta original iniciativa plantea:

• a) Una opción innovadora para combatir el calentamiento global, evitando la explotación de combustibles fósiles en áreas de alta sensibilidad biológica y cultural en los países en desarrollo;
• b) La protección de la biodiversidad en la Amazonía y el apoyo al aislamiento voluntario de las culturas indígenas no contactadas que habitan el Parque Yasuní (Tagaeri y Taromenane);
• c) El desarrollo social, la conservación de la naturaleza y la implementación de fuentes renovables de energía, en una estrategia encaminada a consolidar un nuevo modelo de desarrollo equitativo y sustentable en el país.

Para finalizar me gustaría recalcar que mucho depende de la conciencia social que se tenga y del apoyo que demos los ciudadanos ecuatorianos a este proyecto que beneficia no solo al país sino al mundo en general. Los costos sociales de la explotación petrolera y las externalidades negativas de este tema, son dos partes muy importantes para analizar con el cuidado correspondiente. Los costos externos, tal como se menciona en la lectura, pueden ser monetarios o no monetarios, pero también existen costos que no se pueden solucionar con el simple hecho de pagarlos, tales como la salud humana, el derecho a vivir en un ambiente sano y digno, y el irrespeto a los pueblos en aislamiento voluntario, son algunas de las cosas que se viola cada vez que empresas con objetivos firmes de maximizar su beneficio, entran en los campos del Ecuador. Esta violación de derechos y de costumbres no se solucionará con dinero.